Desde hace un tiempo el término “inteligencia emocional” se ha vuelto más conocido por el alcance tan cercano que se tiene en el internet o por redes sociales. Conocer el término no es suficiente; es esencial profundizar en cómo aplicarlo en el día a día, especialmente en la convivencia familiar. Como padres, conviene reflexionar: ¿Entiendo realmente qué es la Inteligencia Emocional? ¿Soy capaz de gestionar mis emociones frente a mis hijos para enseñarles con el ejemplo?
La inteligencia emocional en los niños implica: reconocer, entender y actuar de manera asertiva con cada una de mis emociones. Esto es clave en el ambiente escolar, ya que desarrollan mejores habilidades sociales, como la empatía y autonomía para su día a día.
Desde hace un tiempo, en mis clases utilizo la Tablet con su pencil. Un día, un niño se acerca a preguntarme cómo se llamaba la “pluma”, dónde la podía comprar, cuánto tardaba en llegar. Respondí sin darle mucha importancia al tema, al cabo de unos días se acerca el niño a decirme que ya le había llegado su “pluma” me la mostro y, aunque no tenía el dispositivo en el salón de clases, le hacía ilusión compartir algo con su profesor.
Cuento esta historia porque me llevó a la conclusión: los niños aprenden a través de lo que ven. Su principal referencia somos los adultos, especialmente papá, mamá, y luego el profesor. Todo lo que hacemos, bueno o malo, es algo que tarde o temprano ellos replicarán. Por eso, cada acción nuestra debe ser una oportunidad para educar con el ejemplo. Entonces, vale la pena preguntarnos: ¿Qué están viendo nuestros hijos en casa?
Para abordar desde casa la IE es importante que los padres hablen con los hijos del tema; pero no es suficiente, debemos fomentar con acciones la gestión de emociones, se pueden abordar de la siguiente manera:
∙ Ser ejemplo para ellos: Recordemos que los niños imitan las reacciones de sus padres: ante el estrés, la frustración, el enojo y los conflictos. Por eso, es importante mostrar calma y hacerles ver que no está mal sentirse así. Sin embargo, no solo se trata de sentir, sino de expresar las emociones de manera adecuada. Validar lo que sentimos y cómo lo manifestamos es clave para educarlos emocionalmente.
“Estoy molesto/a pero voy a respirar para estar tranquilo/a”
∙ Reconocer las emociones: Debemos enseñar a los niños a saber qué es lo que siente; identificando lo que sienten, poniéndole nombre a las emociones, enseñarle que no está mal expresarlas, cuidando el cómo lo hacemos frente a dicha reacción. Debemos guiarlos para que aprendan a reaccionar de forma tranquila y respetuosa frente a lo que sienten, mostrándoles cómo hacerlo con nuestro propio ejemplo.
“¿Te sientes triste por no poder salir a jugar?
∙ Educación en mis emociones: Ayudar a los niños a manejar las emociones con técnicas de respiración, contar hasta diez, o buscar un lugar o espacio tranquilo/seguro. Si el niño está viviendo intensamente una emoción puede ser útil darle su espacio para que procese lo que está sintiendo, esto ayudará a desahogarse emocionalmente, sin embargo, debe estar supervisado en todo momento.
En el contexto de violencia que vivimos en la ciudad es muy importante generar un espacio de diálogo con los más pequeños para no generar miedo, estrés o ansiedad, además de eso es importante:
∙ Crear un ambiente seguro: Debemos priorizar la tranquilidad, el hogar debe ser el lugar donde el niño se sienta más protegido.
∙ Ser claros y honestos: Si el niño pregunta sobre la violencia, responder de manera clara y sencilla, respetando y adaptando la respuesta a su edad, sin generar miedo, enfocándose en ser cuidadosos.
∙ Estar atentos a comportamientos: Si el niño presenta signos de estrés, pérdida del sueño o apetito, o un apego atípico.
Todo esto nos ayuda a que los niños desarrollen habilidades en su vida escolar y personal; habilidades como la resiliencia, la confianza y la autonomía. Como padre, tenemos la necesidad y deber de ayudarlos a enfocarse en cosas que sí pueden controlar, como sus estudios, sus emociones o la relación con amigos.
Lic. José Eduardo Esparza